
Del punk siempre nos quedamos con los Sex Pistols o The Clash. Inglaterra ha sabido apropiarse muy bien estilística e históricamente del punk, mientras que en Estados Unidos el punk ha englobado siempre a una amalgama de artistas de todo tipo y goza de un aire un poco más intelectual.
Pero como expone este libro, el inicio de este movimiento se sitúa en el Nueva York de los 70. Antes que los Pistols fueron, The Velvet Underground, Iggy Pop, New York Dolls o Patti Smith entre otros y también surgió en Nueva York, la revista “Punk” fundada por John Holmstrom, Ged Dunn y Legs Mcneil, autor de este libro junto a la escritora canadiense Gillian Mcain. Dicha revista, cuyo propósito según explican los fundadores en uno de los capítulos del libro, era hablar de todo lo que les gustaba; las reposiciones de televisión, beber cerveza, follar, las hamburguesas con queso, los cómics, las películas de serie B y aquel extraño rock and roll que a nadie parecía gustar. De hecho, en muchas de las entrevistas que hicieron a artistas de la época, una pregunta muy recurrente era saber cómo les gustaban las hamburguesas.
Este libro
originalmente editado en 1996, está contado en primera persona por muchos de
sus protagonistas, músicos, escritores, artistas, managers, groupies, camellos, dragqueens, periodistas y gente que
pasaba casualmente por allí. El libro
narra la evolución de esta cultura desde sus inicios hasta su explosión comercial, a través de entrevistas fechadas en diferentes épocas. En esta edición
(de Libros Crudos) añade otras nuevas entrevistas extra, y corrige los fallos
de edición que tenía la anterior versión.
Sin ser especialmente fanático de este movimiento he de
reconocer que este libro es espectacular. Como algunos de los protagonistas del
libro indican, más allá de su música que podrá gustar más o menos, la grandeza
del punk fue volver a la canción de tres minutos, en un momento en el que el
Rock & Roll se perdía entre obras conceptuales y un virtuosismo que rozaba
el sopor. Todo esto lo perpetraron algunas bandas que apenas sabían tocar. De
hecho hay un divertidísimo momento que trata esto con los Ramones como protagonistas en “Por Favor Mátame”.
No había leído tanto disparate sobre músicos en mi vida,
drogas, sobredosis, navajazos, chaperos, animales muertos, asesinatos, escupitajos y sobre
todo, más drogas, inundan las más de 500 páginas de esta versión, que muchos
definen como el mejor libro historiográfico del movimiento punk, un movimiento
que nunca quiso ser movimiento.
Desde la Factory de Andy Warhol a Malcolm Mclaren o la avenida 53 de Nueva York, desde Patti Smith
a Television, Los Ramones, MC5, The Stooges,
Lou Reed, Debbie Harry. Todos estos artistas cuentan muchas anécdotas y
se contradicen unos a otros. Es impresionante la cantidad de artistas que han
trascendido de este movimiento y por otra parte la cantidad de artistas que se
quedaron en el camino por problemas con las drogas. El catálogo de disparates
de todo tipo parece no tener fin en estas páginas, una mezcla de genialidad y
estupidez humana, una auténtica joya que
hace que te desternilles de la risa, pero que también sobrecoge al contar
muchas desgracias de sus protagonistas. Un señor libro.
Aquí dejo algunas de las perlas de algunos de sus
protagonistas:
BEBE BUELL (Modelo, groupie y madre de la actriz Lyv Tyler):
Iggy Pop fue mi novio durante dos semanas, pero yo ya tenía novio, de modo que
no podía ser mi novio oficial. Tuvimos un rollo, como se suele decir, pero a
Iggy le molestaba que yo tuviese novio y viviera con él. Y me hizo cambiar el
agua de la cama de agua. No me preguntes por qué.
RICHARD HELL: Bob Quine
cuida mucho sus guitarras. Solía situarse en la parte trasera del escenario,
para que no le llegaran los escupitajos. Pero un tipo alcanzó la guitarra con
un enorme y espeso gargajo. Él vio quien había sido y le abrió la cabeza con la
guitarra.
Luego, el tipo vino a
los camerinos a pedirle un autógrafo. Estaban locos, eran como el público del
fútbol inglés, unos animales acabados. Solo querían emborracharse, ponerse
violentos, desagradables y enloquecer. ....
BOB QUINE ( guitarrista de Richard Hell & the Voidoids)
cuando conoció a Lou Reed:
Cuando bajé del escenario, Lou me agarró y me dijo,
"eres un gran guitarrista".
Le dije, "te lo agradezco mucho porque tú me has
influido mucho".
"Eso me importa un carajo", me dijo, "eres
genial, y bla, bla, bla…". Pero lo que siguió fue muy desagradable.
Me dijo, "debes saber que no estás tocando con un
grupo. La música es poder y dominación, deberías imponerte y hacerte con el
grupo. Deberías ir al otro lado del escenario y acabar con la tristeza del
guitarrista". Alguien pasó al lado de nuestra mesa y yo le miré, y
entonces Lou me dijo, "maldita sea, mírame a la cara cuando te hablo o te
doy una hostia".
Me puse a reir.
"No rías ni un segundo. Hablo en serio. Si vuelves a
apartar la vista te suelto una puñetazo en la cara".
Y esto mientras me decía lo bueno que era.
James Grauerholz (Productor): Al cabo de un rato, fuimos a
un bar de striptease frecuentados por camioneros paletos. Iggy bebía sin parar.
Y otra vez que me arrastra hasta el aparcamiento para hablar: "Tío, nadie
me comprende, soy muy sensible, la gente cree que soy feliz follándome a todas
esas chicas, y tomando drogas, y siendo una estrella, pero en realidad me
siento solo, y necesito a alguien que estabilice mi vida, alguien como
tú". Para entonces ya se había tumbado en el suelo, sobre un codo, y yo le
imité, porque era Iggy Pop, de manera que estábamos los dos tumbados en el
suelo del aparcamiento.
De pronto se enciende el motor del camión aparcado justo
delante de nosotros y el tipo empieza a dar marcha atrás hacia nosotros.
Mientras Iggy lloriqueaba sobre su soledad, le agarré sin avisar y dimos cuatro
vueltas sobre nosotros mismos para alejarnos del vehículo. El tipo no nos había
visto.
Iggy se levanta y empieza a gritarle al conductor
"¡Maldito cerdo, hijo de puta, casi me matas!. ¿No sabes quién soy?,
podrías haber detenido la historia del rock and roll"
Jeff Magnum ( Dead Boys): Los Dead Boys me estaban volviendo
loco. Me preocupaba mi propia salud mental. Cheetah y Gyda tenían dos conejillos de indias, Ace y
Winkle. Winkle era blanco de pelo blanco, y ya estaba allí cuando llegué. Ace era pequeño, de pelo rojo, y lo trajeron
después. Un día, los conejillos pusieron nervioso a Cheetah y este, como si fuese Moisés, le dijo a
Winkle: “Tú vivirás, hasta prosperar. Y tú Ace, debes morir, porque tienes el
cerebro tan pequeño como el mío”. Y lanzó al conejillo de indias por la ventana,
como si fuese una pelota, sin ni siquiera mirar. Yo esperaba que no pasara
nadie por la calle. ¿Te imaginas que dé un conejillo de indias en la cabeza?
¿Qué clase de demente puede tirar un animal por la ventana?
No hay comentarios:
Publicar un comentario